“Los docentes somos héroes anónimos”, nos dice Walter Velásquez, creador de Kipi

El maestro innovador del ande que respondió a la pandemia con ciencia nos cuenta el origen de su revolución tecnológica.

Por: Ricardo Monzón - Video: Alejandra Moya
Un maestro muestra un robot a una niña
UNICEF Perú/Moya A.
14 Julio 2022

Cuando en 2020 empezó la pandemia de COVID-19 y en Perú se cerraron las escuelas, Walter se hizo una pregunta clave: ¿qué puedo hacer para que mis alumnas y alumnos no pierdan interés en aprender?

Ese fue el inicio de una revolución tecnológica en la I.E. Santiago Antúnez de Mayolo, ubicada en el distrito de Colcabamba, (provincia de Tayacaja en Huancavelica), donde Walter Velásquez, docente de 33 años, lleva más de una década enseñando a cuatro secciones -de 25 estudiantes quechuahablantes cada una- del tercer grado de secundaria.

 


I.E. Santiago Antúnez de Mayolo, distrito de Colcabamba, provincia de Tayacaja

La I.E. Antúnez de Mayolo se ubica en Colcabamba (Tayacaja, Huancavelica) a 2,979 m.s.n.m.


Un buen día, bajo la resolana de la sierra que abrazaba el frío de la ciudad, Walter, después de recorrer kilómetros a pie, llegó al colegio pero esta vez acompañado. Estaba delante del pizarrón sosteniendo en brazos a su nueva mejor amiga, Kipi (del quechua Q’ipi que significa bulto o paquete). Las y los adolescentes lo miraron, curiosos, esperando que su profesor diga algo. Pero no, se equivocaron. Quien iba a empezar la clase aquel día era la misma Kipi, una robot que ya les daba los buenos días.

 

"Tecnología que nace en la escuela pública"

Kipi, la primera robot quechuahablante, elaborada con materiales reciclados, fue la respuesta de Walter ante los efectos de la pandemia, que trajo consigo la educación virtual o remota que no alcanzaba una cobertura integral y que era irreal en su comunidad, donde no había Internet ni fibra óptica. De hecho, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) señala que solo el 62.9% de hogares del Perú dispone de servicio de Internet. En Huancavelica -cuna de Kipi-, solo el 12,4% de hogares cuentan con Internet.

“Los docentes hemos hecho muchos esfuerzos durante la pandemia. Yo les diría a mis colegas que sigan innovando, que las innovaciones son como árboles porque no hay dos iguales. La mística del docente juega un papel muy importante y mis colegas son héroes anónimos donde estén”.

Maestro del curso de Ciencia y Tecnología, motiva a sus alumnos quechuahablantes a participar en ferias de ciencias, logrando también alejarlos de problemáticas sociales, pues la provincia de Tayacaja se ubica en el cuadrante perteneciente al Vraem (Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro), una zona que se caracteriza por un alto índice de tráfico de drogas.

 

"Con educación podemos enfrentar distintos problemas"

“Es bien complicado el Vraem, hay narcotráfico. A los adolescentes los absorben, los pierdes. Tengo que convencerlos que la educación es un arma poderosa para transformar, para lograr los objetivos con la educación. Lo otro no te garantiza nada, puedes vivir o puedes morir. La educación te trasciende. El objetivo de la educación es enfrentar hasta donde podemos este tipo de problemas”, asegura.

Sus alumnas y alumnos han aprendido a hacer experimentos científicos que replican en su familia, sobre todo a sus hermanos pequeños, logrando un círculo virtuoso de aprendizaje y curiosidad. El interés de sus estudiantes ha sido tal, que han participado y ganado campeonatos de ferias de ciencias nacionales e internacionales, en Estados Unidos, Paraguay, Brasil y México, dándoles el principal aliento y mensaje de que sí se puede.

¿La llave del éxito en la escuela pública? ¿Cómo llegar a incidir positivamente en la educación y vida de adolescentes? Ver el aula “como un centro de creatividad”, responde Walter.

 

"El esfuerzo lleva a lograr los objetivos"

“Varios dicen que la gente de la zona rural no aprende, no avanza, que están ahí los más tontos, que en Huancavelica hay un bajo rendimiento académico. Yo creo que no es así. Mis alumnos quechuahablantes, adolescentes de zona rural, en extrema pobreza, han progresado mucho. Por eso creo que el aprendizaje no tiene barreras cuando uno quiere aprender, continúa.

 

"Somos héroes anónimos"


En los próximos meses se presentará una nueva versión de Kipi, una robot inspirada en los propios adolescentes. Como ellas y ellos, quiere aprender más, y por eso ahora hablará más lenguas originarias del Perú, además de idiomas del mundo como inglés, alemán, japonés, ruso y coreano. Esta robot huancavelicana, nacida en la escuela pública, que ya tiene 7 clones en otros colegios del Vraem, está llenando de satisfacciones y elogios a Walter, que ha sido destacado el 2021 como Docente Innovador de Latinoamérica.

Quizá los reconocimientos que viene recibiendo sirvan para sacar del anonimato a estos héroes que, en vez de capa roja, llevan un libro debajo del brazo o, en este caso, un robot.