Sayuri Macuyama: La activista

Esta historia forma parte del libro "Mancha Brava. Colegialas"

Por: Antonio Orjeda
Ilustración de una adolescente
Antonio Orjeda
11 Octubre 2021

Su mamá se levanta a las 2 de la madrugada para irse a trabajar. Sayuri y su familia viven en la selva, a las afueras de la ciudad de Iquitos, al pie de un río; el río Nanay. A esa hora, mientras todos duermen, su mamá abre la puerta y se va al mercado de Belén con las frutas y verduras que –la noche previa- Sayuri ayudó a lavar y ordenar.

Si regresa antes de las 8am, en casa sabrán que tuvo buenas ventas. Pero no todos los días son así. Su madre desayuna rápido y sin perder tiempo parte a la chacra. Lo hace a pie. Como allá las lluvias son bravas y constantes, el camino suele ser puro barro.

En la chacra, la señora trabaja la tierra, almuerza y, al final de la tarde, vuelve con cebollas, plantas medicinales, ajíes charapita y más. Se baña, come y se va a dormir. Así son todos sus días. Y cuando mamá descansa, Sayuri entra en acción. Deja de hacer lo que está haciendo y procede a quitarle la tierra y las hormigas a las frutas y verduras recién cosechadas. Pero, desde que comenzó la pandemia, su rutina se ha alterado.

Está en quinto de media, tiene 16 años y extraña asistir al colegio Santa Clara de Nanay. Las clases las recibe por televisión; las tareas, por WhatsApp.

“No estoy aprendiendo lo suficiente”.

Al comienzo, las clases virtuales las atendía desde el celular de su papá, pero debía compartirlo con su hermano menor. Sus padres hicieron un esfuerzo y le compraron uno, pero rápido se queda sin saldo. Eso la frustra. ¡Así no puede avanzar! Y cuando llueve –como solo en la selva llueve-, así tenga saldo -así tenga todo a su favor-, también se va la energía eléctrica en toda su comunidad. Eso la frustra todavía más. ¿Ha llorado de cólera? ¡Un montón de veces!

Sayuri quiere ser abogada, juega bien a la pelota y es hincha del Barcelona. Es consciente de sus desventajas por la falta de dinero, pero felizmente su vida no es como la de Noyud. ¿Cómo la de quién?

“Me llamo Noyud, tengo 10 años y estoy divorciada”, así se titula el libro que leyó cuando tenía la misma edad que la protagonista. Es una historia real, la de una niña valiente, que tras haber sido obligada a casarse con un hombre treinta años mayor, se escapó, buscó la ayuda de una abogada, consiguió el divorcio y ahora vive con la profesional que la salvó.

“Lo que más me gustó, es que luchó por sus derechos y triunfó contra toda adversidad”.

ilustracion de dos adolescentes mujeres que conectan

El mismo profesor que le presentó la historia de Noyud, unos años después la animó a que postule a la alcaldía de su colegio. Sayuri dudó. ¡No le gustan los políticos! Prometen y no hacen nada. Sin embargo, en segundo de secundaria ocupó ese cargo. Fue alcaldesa y, como su colegio no cuenta con agua potable, organizó actividades para recaudar fondos y ahora tienen un dispensador de agua fría y caliente. ¿Qué actividades hizo? Por ejemplo, una función de cine al aire libre. ¡En el patio! Vieron “La Liga de la Justicia”. Esa noche, también hubo canchita.

Fue tan buena su labor, que la invitaron a “La onda de mi cole” -de Unicef- y conoció a adolescentes de su región tan chéveres como ella. Cuando llegó y se presentó, nadie conocía su colegio. Eso cambió por completo días después, cuando cumplió su primer reto: armar un árbol con botellas de plástico. Para lograrlo, convocó a toda su comunidad. ¡A chicos y grandes! En las calles de Santa Clara de Nanay no quedó un solo envase. El árbol les quedó hermoso.

Unicef la volvió a convocar, esta vez para una campaña que desarrolla en todo el país: “Reimagina un Perú mejor para cada adolescente”. Desde hace un tiempo, precisamente, Sayuri viene reimaginando un futuro mejor para las adolescentes de su región y, en especial, para las de su centro poblado, donde tantas –pese a su edad- son ya mamás. Esa situación tiene que cambiar.

“Necesitamos más información. Queremos profesores más capacitados en educación sexual. Me apena ver a mis amigas embarazadas”.

¿Eres una activista?, le preguntamos. “No lo sé”, respondió. Quiere que las autoridades la escuchen, ¡a ella y a sus compañeras! Quiere ser abogada. Y como sabe que en casa no hay con qué pagarle la carrera, piensa trabajar ni bien acabe la escuela y ahorrar.

¿Por qué se ha decidido por esa profesión? Porque sabe que lo suyo es ayudar, así como lo hizo la abogada que rescató y salvó a Noyud.


 

ilustracion de niñas y adolescentes mujeres empoderadas en la portada de un libro
"Sayuri Macuyama: La activista" es la historia de Sayuri, una adolescente de 16 años, quien vive en Loreto. Esta historia forma parte del libro "Mancha Brava. Colegialas" que se encuentra disponible en www.manchabrava.com a partir del 11 de octubre del 2021, día internacional de la niña.