Cuidado y atención: las claves para el desarrollo
UNICEF contribuyó a la reactivación del servicio de DIT y brinda seguimiento a familias con niñas y niños menores de 2 años
“Cuando llegó la pandemia, mi hijo tenía solo tres mesecitos y recuerdo que cerraron el Centro de Salud. Estaba preocupada porque Yhael no tenía todas sus vacunas. Después de cuatro meses, la enfermera me llamó al celular para decirme que lleve a mi bebé para completar sus vacunas y seguir con sus controles”, revela Delia López, madre de familia de Acoria, distrito ubicado en la región andina de Huancavelica.
En Acoria, distrito con graves déficits de salud, se ejecutó una estrategia intersectorial para reactivar los servicios de Desarrollo Infantil Temprano de forma presencial y remota. “Entendimos que era necesario trabajar de manera conjunta con la Municipalidad, los Programas Juntos y Cuna Más, UNICEF y otras instituciones para reactivar los servicios dirigidos a niñas y niños menores de 2 años porque era un riesgo dejarlos sin atención. Teníamos que iniciar o completar sus vacunas, cumplir sus controles, realizar trabajo de estimulación y brindar asesoría para su alimentación”, indica Erika Olano, jefa de la Micro Red de Acoria.
“Para la continuidad de los servicios, UNICEF nos aportó muchísimo. Contribuyó a fortalecer el servicio de DIT y dar seguimiento a familias con niños menores de 2 años. Así identificamos a Yhael, un niño que llegó con anemia y se notaba la falta de estimulación”, comenta Cinthya Cabezas, Coordinadora del Área Niño y Promoción de la Salud (PROMSA) del Centro de Salud de Acoria.
La anemia era una enfermedad desconocida para Delia, a pesar de que Yhael, su último hijo, la padecía a los nueve meses de nacido. “Estaba decaído, apagadito. No sabía por qué, y cuando lo llevé a la posta me dijeron que tenía anemia”.
Se sabe que la alimentación tiene un vínculo directo con la salud. Por ello, el equipo del Área Niño y PROMSA, brindó información a Delia sobre cómo preparar los alimentos adecuados para combatir la anemia de su niño, porque al ser una etapa importante en su crecimiento, puede provocar un fuerte impacto no solo en el presente, sino a futuro.
“En la posta me enseñaron a preparar la sangrecita y el hígado. También me dijeron que Yhael debía comer menestras. Aprendí todo lo que me ensañaban porque quería que mi hijito se recupere, ahora lo veo fuerte y sanito”
Delia nos cuenta emocionada que gracias al trabajo intersectorial fue incluida en el Programa Nutricional Municipal para recibir alimentos nutritivos que ayudan a combatir la anemia.
La práctica de cuidado cariñoso y sensible
Otro de los frentes abordados en la atención de Yhael fue la práctica del cuidado cariñoso y sensible. Delia, comenta que veía a su hijo algo triste. Al parecer, la vida violenta que le tocó vivir con su primer esposo, la convirtieron en una mujer poco cariñosa con sus hijas e hijo, se había olvidado de reír y de sentir que la felicidad, existe.
“Con mi primer compromiso tuve cuatro hijas, pero me separé porque era una persona muy violenta. Luego conocí a Benigno, mi actual pareja. Es un hombre bueno y me trata bien. Decidimos tener un hijito, y nació Yhael, pero no sabía que tenía que hablarle con cariño. Recién lo aprendí en el Centro de Salud cuando iba a los controles. La enfermera me decía que debo tratarlo con amor para estimularlo y sea más desenvuelto”, comparte un poco apenada Delia porque con sus hijas mayores no tuvo la oportunidad de darles cariño y amor.
Delia nos cuenta que Yhael le dice: “Mamayki, mamayki” cuando quiere jugar. “Eso quiere decir mamita en quechua, y me pongo contenta cuando lo escucho porque veo que ahora es cariñoso y alegre. Incluso, mi esposo y yo jugamos con Yhael, y hemos hecho un lugarcito especial donde ponemos todos los juguetitos que nos entregaron en el establecimiento de salud”. Los juguetes a los que se refiere Delia forman parte de los 2,350 kits de gestante/recién nacido y kits de juego para el desarrollo infantil entregados por UNICEF entre diciembre 2020 y abril 2021 en Huancavelica, Loreto y Lima Norte gracias a la alianza con Kimberly Clark.
El cambio en Yhael es visible. Se muestra cariñoso, saluda a las personas, dice algunas palabras en quechua, cuenta hasta cinco, juega con su hermanita Talia y les gusta bailar. “Se nota el cambio, antes era un niño con una expresión triste. Por eso, durante sus controles, conversamos con la mamá, el papá y con sus hermanas para que puedan interactuar con Yhael. Era necesario que toda la familia se involucre porque no sabían que la práctica del cuidado cariñoso y la muestra de afecto favorece la salud emocional de las niñas y niños, y en general, de la familia”, señala Cinthya, responsable del Área Niño y PROMSA del Centro de Salud de Acoria.
Si bien la COVID-19, redujo la capacidad de los servicios de salud, el trabajo y la intervención coordinada de UNICEF en zonas amazónicas y andinas del Perú, logró reducir el impacto en las brechas de los paquetes de atención, especialmente en las coberturas de controles prenatales, vacunas y controles de crecimiento y desarrollo (CRED).
En la región de Huancavelica, especialmente, un total de 150 familias han recibido visitas domiciliarias, y así como la familia de Yhael, se ha logrado promover mejoras en las prácticas de cuidado, generar un espacio de juego en el hogar y brindar soporte emocional.
“Esto no lo hubiéramos logrado sin el acompañamiento y la capacitación de UNICEF, que siempre está atento a lo que las niñas y niños de nuestra región necesitan. Esa es la mirada social sanitaria que debemos promover e implementar”
Nos comenta la obstetra Erika Olano, deseosa de que el programa se replique en otros distritos y comunidades de Huancavelica.
