Valery Girón Alvarado (8 meses) no tiene idea que su madre le acaba de dar uno de los mejores regalos: retomar su vacunación. UNICEF, en coordinación con Salud, hizo posible esta acción al trasladar las vacunas hasta su casa.
Cuando Valery nació, su mamá Katherine Alvarado Arroyo (28) autorizó su vacunación de recién nacida y, a los dos meses, acudió por las vacunas correspondientes, como siempre lo hizo con sus hijos de 11, 10 y seis años. Sin embargo, antes de los 4 meses, Katherine y sus tres hijos mayores enfermaron de dengue. No todos se recuperaron rápidamente. Ella y su hija mayor pasaron los meses siguientes débiles, sus ahorros se agotaron y luego Valery enfermó. Fue así que llegó a los seis meses sin las vacunas que le correspondían.
“Valery tenía tos y cuando la llevé al centro de Salud me dijeron que no podían vacunarla y todo se fue complicando: no se recuperaba, tenía que atender a mis otros hijos, el centro de Salud estaba lejos de mi casa, apenas había dinero para las cosas de diario, pero sí tenía presente que debía ponerme al día con las vacunas porque son protección”, asegura Katherine. Por eso, para ella fue de gran ayuda que UNICEF, con el apoyo del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia de Naciones Unidas (CERF), organizaran con el centro de Salud de San Sebastián (26 de Octubre) jornadas de vacunación domiciliaria.
“El día que llegó la enfermera a mi casa, me pidió la tarjeta de vacunación de mis hijos y vio que Valery estaba atrasada con las vacunas de 4 y 6 meses. La vacunaron ahí en mi casa y le dieron cita en el centro de Salud de Micaela Bastidas. Eso lo agradezco porque demostraron su preocupación por mi familia”, narra.
En la entrevista con el personal de Salud, Katherine les contó sobre su situación económica y lo lejos que le resultaba ir hasta el centro de salud de Micaela Bastidas en donde estaba registrado su SIS. El personal la orientó y ayudó para que, por su residencia, cambiara su atención de SIS a San Sebastián, lugar al que llega caminando desde su casa porque está más cerca.
“Es la primera vez que me pasa esto porque siempre he sido puntual con la vacunación. Sé que las vacunas previenen y protegen a los niños de determinadas enfermedades que les pueden dar y ya no serán graves”, explica Katherine, quien además anima a otras madres que pueden estar en la misma situación para que acudan al centro de Salud más cercano para retomar la vacunación de las niñas y niños.
“Es preferible hacer un esfuerzo porque es para protegerlos. Tampoco hay que tener miedo ni vergüenza porque como madres sabemos que las vacunas son importantes pero hay circunstancias que, a veces, nos impiden cumplir”, recomienda.
Esta madre de familia ha continuado con la vacunación de su hija y agradece a UNICEF y Salud el haber salido a la comunidad a buscar casos como el suyo. “Gracias por interesarse por familias como la mía y entender que no todos podemos ir siempre al centro de salud. Por ejemplo, yo tengo cuatro hijos, tengo que atenderlos y hacer mis cosas en casa. Hay otras madres que trabajan y no tienen tiempo porque no dan permiso para ir a vacunar a tus hijos. En cambio si te visitan en casa en horarios apropiados como en las tardes a partir de las 4.00 p.m. o los fines de semana, eso nos ayuda bastante”, concluye.
