Programa
Educación inclusiva
Tener una educación de calidad es un derecho de todos los niños, niñas y adolescentes. En Costa Rica, UNICEF trabaja para asegurar este derecho.
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Desafío
A pesar de que en Costa Rica la educación primaria y secundaria es obligatoria y gratuita, existen desafíos y oportunidades tanto en el acceso como en la calidad de la educación.
El principal reto es el rezago causado por huelgas y diferentes eventos que han ocasionado que, de 2017 a 2021, los niños, niñas y adolescentes de la educación pública hayan perdido el equivalente a un 80% de un año lectivo regular en primaria y un 72% en secundaria.
Se estima una diferencia de casi 4 años de escolaridad promedio entre las personas de 15 años y más que están en situación de pobreza en comparación con los que no son pobres.
La crisis fiscal que el país ha experimentado en la última década ha reducido la capacidad del Estado para sostener y aumentar la inversión en educación, generando recortes en programas importantes de movilización social.
Existen también retos respecto a la prevención de violencia en centros educativos y la igualdad de género. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Costa Rica es el segundo país de la región con más bullying escolar.
En cuanto a la igualdad de género, a pesar de que hay avances en la incorporación de las niñas y las adolescentes a los espacios educativos, aún se perpetúan condiciones discriminatorias que continúan generando brechas de género (INAMU, 2019).
Solución
UNICEF se enfoca en propiciar que los niños, niñas y adolescentes tengan acceso a una educación pertinente y de calidad, con énfasis en la educación preescolar, primaria con énfasis en lectoescritura y matemáticas y, en la educación secundaria, para el logro de la reinserción, permanencia y éxito escolar y la aplicación de STEAM.
También es prioritario el aumento en la cobertura y la promoción de programas y espacios de desarrollo, promoción del bienestar y participación informada, para poblaciones en condición de vulnerabilidad, entre ellas, niñas, niños y adolescentes en situación de pobreza extrema, población migrante, indígena, personas con discapacidad, adolescentes embarazadas, LGTBIQ+, etc.
Este trabajo se realiza en conjunto con gobiernos locales, instituciones públicas, organizaciones de la sociedad civil, sector privado, medios de comunicación, asociaciones de desarrollo integral comunitarias y los distintos Consejos participativos de niños, niñas y adolescentes.
Nuestro trabajo en educación contribuye al país a alcanzar los siguientes objetivos de desarrollo sostenible: