Cómo aprovechar el Día del Libro para potenciar la lectura en niños y niñas
Entrevistamos a la Secretaria Ejecutiva del Consejo Nacional del Libro sobre el “año de las lecturas para las infancias y adolescencias”, y nos dijo cómo hacer más cercana esta práctica tan fundamental en el desarrollo pleno de niños/as y adolescentes.
Con la realización de diversas actividades de fomento lector durante el año en todas las regiones del país, que incluyen intervenciones artísticas, lecturas públicas, conversatorios, cuenta cuentos, obras de teatro, entre otras, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través del Plan Nacional de la Lectura, dio el vamos al “Año de las lecturas para las infancias y adolescencias”, que se enmarca en la conmemoración del centenario de la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño y la Niña.
Para conocer más sobre esta iniciativa, conversamos con la Secretaria Ejecutiva del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, Aracelly Rojas, para quien ésta es una “oportunidad para poner en valor el libro y la lectura desde la perspectiva de derechos de la niñez y adolescencia, con especial énfasis en brindar instancias que fomenten su acceso a la cultura y las artes”.
La Secretaria Ejecutiva, además, nos habló sobre las iniciativas y nuevos formatos que están captando a jóvenes lectores; nos explicó por qué se recomienda el contacto con las lecturas desde temprana edad, y nos entregó algunas claves para que más cuidadores, madres, padres y docentes busquen impulsar las lecturas entre niños, niñas y adolescentes: “Incorporar la práctica lectora desde la perspectiva del goce, el juego y la participación, desde los primeros años, permite propiciar herramientas para que las niñeces y adolescencias conozcan el mundo a través de sí mismos y del compartir con otros, puedan comprender sus emociones, desarrollar su personalidad, profundizar en sus intereses y participar como ciudadanos en la sociedad”, dijo.
Este año el Ministerio de las Culturas lo declaró “Año de las lecturas para las infancias y adolescencias”, ¿cuál es el objetivo?
Cada año el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través del Plan Nacional de la Lectura, desarrolla una temática que busca poner en valor a autores, autoras o hitos relevantes en el ámbito del libro y la lectura. Para 2024, se definió el “Año de las lecturas para las infancias y adolescencias”, en el marco de la conmemoración del centenario del primer hito relevante para la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño, de 1924, donde se reconoce por primera vez la existencia de derechos específicos para niñas y niños, y la responsabilidad que recae en las personas adultas sobre ellas y ellos.
Por eso, para el Plan Nacional de la Lectura, y las instituciones públicas que lo coordinan, este año es una oportunidad para poner en valor el libro y la lectura desde la perspectiva de derechos de la niñez y adolescencia, con especial énfasis en brindar instancias que fomenten su acceso a la cultura y las artes. En este contexto, se convoca a la ciudadanía a participar de diversas actividades durante todo el año en todas las regiones del país.
¿Por qué es importante que niñas, niños y adolescentes lean desde pequeños?
La lectura, desde la primera infancia, aporta en el desarrollo de la escucha y la capacidad de diálogo, la construcción de sentido y el capital simbólico que acompañará integralmente la formación humana de cada persona hasta la adultez.
Incorporar la práctica lectora desde la perspectiva del goce, el juego y la participación, desde los primeros años, permite propiciar herramientas para que las niñeces y adolescencias conozcan el mundo a través de sí mismos y del compartir con otros, puedan comprender sus emociones, desarrollar su personalidad, profundizar en sus intereses y participar como ciudadanos en la sociedad.
¿Cómo está la situación de la lectura en los niños, niñas y adolescentes en el país? ¿Están leyendo más, están pidiendo más libros en las bibliotecas?
Es frecuente encontrarnos ante diferentes espacios de opinión que presentan la idea de que niñas, niños y adolescentes no leen. El panorama es más complejo que lo que puedan representar las cifras, porque requiere comprender la lectura como un proceso no exclusivo del libro impreso y literario, como se le entiende convencionalmente.
La participación activa que tenemos de este público en las acciones que se realizan a través de los planes regionales de la lectura dan cuenta que sí existe un interés. Deberíamos centrarnos en cómo leen los niños, niñas y adolescentes, si han cambiado sus prácticas y cómo éstas conviven con otros formatos, como las redes sociales y lo audiovisual; cómo se han mantenido ciertos autores y cuáles son las nuevas tendencias entre los jóvenes.
Por ejemplo, actualmente, se encuentra abierta la convocatoria para participar del Cuarto Concurso deBooktubers Bibliotecas Escolares CRA, organizado por Mineduc, que invita a las y los estudiantes a grabar un video recomendando un libro. El concurso tiene una amplia convocatoria y participan más de 1400 videos cada año. En el mismo formato, este 2024 se cumplen 10 años del Concurso de Bookfluencers del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas, que tiene amplia convocatoria en los públicos infantiles y juveniles. Estos ejemplos nos muestran que existen otras formas de leer, de compartir esta experiencia y crear comunidad a partir de las lecturas.
¿Cuál es el rol de los cuidadores y de las escuelas en la promoción del hábito de la lectura en niños, niñas y adolescentes?
La motivación y la forma en que se presente la lectura puede marcar la perspectiva y la actitud de un niño o niña frente a ésta. Por eso, el fomento lector va más allá de crear el hábito o entrenar la comprensión, tiene que encontrar disfrute y goce en el proceso, generar experiencias significativas.
Para el Plan Nacional de la Lectura, el rol del mediador es fundamental en las trayectorias lectoras. Un mediador de lectura es, por supuesto, el docente, educadora o el bibliotecario, pero también las familias y los cuidadores, y todos aquellos que leen y comparten sus lecturas buscando promover esta práctica en otros. En palabras del autor y mediador, Felipe Munita, la mediación de la lectura, especialmente en espacios como la escuela, tiene una doble dirección: por un lado, crea vínculos entre lectores y libros, y a su vez, entre los participantes del proceso.
¿Cómo se puede motivar a los niños, niñas y adolescentes a leer más?
Hoy es posible encontrar obras literarias en diferentes materialidades, texturas y tamaños, permitiendo que, incluso, desde recién nacidos accedan a libros aptos para sus necesidades de leer el mundo.
También, como señalamos antes, el rol del mediador o mediadora es fundamental. Abrir la lectura más allá del libro, las actividades lúdicas, transdisciplinarias con temáticas de interés para niños, niñas y adolescentes, es la labor de la mediación y ésta puede ser realizada por madres, padres, cuidadores y docentes.
En nuestra página web https://plandelectura.cultura.gob.cl se pueden descargar diversos recursos dirigidos a mediadores y familias, con estrategias y recomendaciones de lectura.