Crisis en Haití: Lo que tienes que saber
La violencia extrema, los disturbios, la pobreza y la desnutrición amenazan a niños y niñas en Haití
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La agitación política, los disturbios civiles, la violencia, la pobreza agobiante y los desastres naturales constituyen una combinación letal que pone en peligro el bienestar y el futuro de la niñez en Haití. Más de 3 millones de niños y niñas - la cifra más alta registrada en Haití - requieren asistencia humanitaria.
Pese al entorno inseguro y volátil, UNICEF colabora con sus aliados para incrementar los esfuerzos dirigidos a proteger a las familias y brindar apoyo para salvar vidas.
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¿Qué ocurre en Haití?
Desde antes de la crisis actual, Haití ya era el país más pobre del hemisferio occidental, después de décadas de servicios básicos inadecuados y falta de desarrollo del capital humano, combinados con una desigualdad y exclusión extremadamente elevadas.
Estos desafíos se han visto agravados por la proliferación de los grupos armados que atemorizan a las familias en su lucha por el territorio y el control, principalmente en la capital, Puerto Príncipe, y el departamento vecino de Artibonito, aunque otras regiones también han sido afectadas. Los grupos armados han paralizado las principales rutas de transporte desde la capital al resto del país, destruyendo los medios de subsistencia, interrumpiendo los servicios esenciales y obstaculizando la asistencia humanitaria.
Los servicios sanitarios y sociales vitales se encuentran al borde del colapso en múltiples departamentos. Algunos centros de salud han quedado fuera del alcance de la población debido a las restricciones de seguridad, dejando a miles de familias, niños y niñas sin acceso a atención sanitaria. Por otro lado, la creciente inseguridad ha forzado el cierre de cientos de escuelas, con ataques y saqueos en las instalaciones escolares y amenazas directas a docentes, lo que ha interrumpido la educación de miles de niños y niñas.
Al mismo tiempo, la parte sur del país, que es particularmente vulnerable a los peligros naturales, se enfrenta a un creciente número de desplazados internos que huyen de la violencia en la capital. En total, más de 360.000 personas han sido desplazadas en todo el país, sobre todo en Puerto Príncipe y el departamento de Artibonito, duplicando la cifra registrada hace un año atrás. También proliferan las graves violaciones de los derechos de la niñez.
¿Cómo afecta la crisis a la niñez en Haití?
Las familias, niños y niñas sufren oleadas incesantes de violencia brutal perpetrada por grupos armados. Cada día trae nuevos horrores, la pérdida de seres queridos, hogares destruidos y una constante sombra de miedo. Asesinan o hieren a niños y niñas de camino a la escuela, mientras que las mujeres y las niñas se enfrentan a una violencia sexual extrema. Al menos 167 niños y niñas murieron por heridas de bala sólo en el 2023.
La violencia ha tenido un impacto devastador en el sistema educativo, que se ha visto paralizado por tiroteos, saqueos y robos a medida que se extienden los disturbios. Atemorizados por tener que ir a la escuela, los niños y niñas corren un mayor riesgo de exclusión social, de ser reclutados por grupos armados y de sufrir violencia de género, especialmente abusos sexuales y físicos.
Al mismo tiempo, el hambre y la desnutrición potencialmente mortales alcanzan niveles récord en todo el país, concentrados en los barrios más pobres, inseguros y congestionados de la capital. Cada vez son más los padres y madres que ya no pueden proporcionar cuidados y nutrición adecuados a sus hijos e hijas y no pueden llevarlos a los centros de salud dada la violencia del entorno. Casi uno de cada cuatro niños y niñas haitianos sufre de desnutrición crónica, conocida como retraso del crecimiento, con consecuencias físicas y cognitivas a largo plazo.
La crisis de desnutrición se ve agravada por un persistente brote de cólera. Para enero de 2024 se registraron más de 79.000 casos sospechosos de cólera en Haití. Mientras la enfermedad se propaga por los barrios afectados por la violencia, el cólera y la desnutrición crean una doble carga que el sistema nacional de salud no es capaz de afrontar debido a la escasez de recursos humanos y suministros.
¿Cómo ayuda UNICEF a la niñez en Haití?
A pesar del entorno altamente inestable, UNICEF intensifica sus esfuerzos para proteger a las familias y proporcionar apoyo vital, incluso para quienes se encuentran atrapados y aislados de los servicios esenciales. Junto con el Gobierno y sus aliados, UNICEF contribuye a mantener los sistemas y servicios nacionales, regionales y - en las zonas más inseguras - comunitarios que protegen a niños, niñas y familias. Además, UNICEF ha suministrado vacunas que salvan vidas y alimentos terapéuticos y ha garantizado el acceso al agua potable, el saneamiento y la higiene.
UNICEF participa activamente en la promoción para poner fin a la violencia armada contra niños, niñas y comunidades. Como parte de su respuesta, UNICEF también da prioridad a los programas de apoyo psicosocial para niños y niñas y a los servicios de protección para las víctimas de la violencia de género, niños y niñas no acompañados y separados de sus familias y aquellos vinculados con grupos armados.
Para la niñez que vive en medio de disturbios civiles y violencia urbana, las escuelas siempre han sido más que lugares de aprendizaje: proporcionan una sensación de normalidad, rodeados del apoyo de docentes y compañeros, y acceso a comidas escolares. UNICEF distribuye kits escolares y utiliza sus canales de comunicación a todos los niveles para instar a los grupos implicados en la violencia a que se abstengan de cualquier acción que ponga en peligro el derecho de niños y niñas a la educación. Además, una iniciativa nacional de transferencia de efectivo está beneficiando a miles de niños y niñas al apoyar a las familias a inscribir a sus hijos e hijas en la escuela.