Acunando esperanzas piel a piel
Así funciona el Método Familia Canguro de UNICEF en Panamá
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En todo el mundo los nacimientos prematuros, que suceden antes de completar las 37 semanas de embarazo, son un desafío para la salud pública. Se estima que la tasa regional de nacimientos prematuros oscile entre un 5.8 por ciento hasta un 12.8 por ciento entre los bebes nacidos en 2020 (con un promedio global del 10 por ciento)1. En Panamá, 8 por ciento de los niños y niñas nacen antes de tiempo2.
Para abordar esta problemática, es que desde 2022, gracias al apoyo del socio Kimberly-Clark y su marca Huggies, UNICEF comenzó a implementar en Panamá el Método Familia Canguro en coordinación con el Ministerio de Salud. Este método permite que los servicios de salud sean fortalecidos en términos de calidad y humanización de la atención, contribuyendo a que el recién nacido con bajo peso o nacido antes de las 37 semanas, una vez estabilizado en sus funciones vitales, pueda tener y estar en contacto piel a piel las 24 horas del día con sus cuidadores principales. Adicionalmente, se promueve y garantiza la lactancia materna a libre demanda en la posición canguro y el seguimiento una vez dado de alta del hospital.
En Panamá, la primera fase del programa incluyó la formación de profesionales de salud, la elaboración de directrices nacionales y la certificación del Hospital del Niño como referencia para la atención neonatal. En 2023, se está ampliando la formación de profesionales de salud en toda la red de hospitales del país y se están implementando estrategias para aumentar la adherencia de las familias al programa y desmitificarlo.
“UNICEF en Panamá trabaja para fortalecer la implementación de políticas públicas en favor de la primera infancia, con intervenciones basadas en la evidencia, costo-efectivas y que fomenten el cuidado receptivo y amoroso, en cada uno de los sectores, así como de las familias y cuidadores, para que ningún niño o niña se quede atrás”, señala Yohana Amaya Pinzón, Oficial de Desarrollo Infantil Temprano de UNICEF Panamá.
En el Hospital del Niño, la neonatóloga Fairuz Fadlallah, coordinadora del Método Familia Canguro en esa institución, la enfermera pediatra Marta Orellana y la psicóloga Francia Quintero, trabajan con las familias que ingresan al programa.
¿Por qué es tan importante el contacto piel a piel?
“La importancia del Método Familia Canguro va más allá de una simple metodología técnica y médica”; es una historia de amor, resiliencia y del poder que el toque humano posee para cambiar vidas y marcar la diferencia.
El método consiste en sostener al bebé contra el pecho desnudo de su mamá, papá o cuidador para que tenga contacto directo. Para mayor comodidad, se usa una faja de tela elástica para ayudar a sostener al bebé. Con ayuda de la faja, el bebé se sostiene erguido con la cabeza hacia un lado entre los senos de la madre o contra el pecho del padre.
“La integración de esa mamá, de ese papá dentro de la unidad (de cuidados intensivos), ayuda a visibilizar al paciente más que como solo un diagnóstico, sino como un individuo que es parte de una familia y de una comunidad”, señala la Lic. Marta Orellana, mejor conocida como Miss Marta.
“Ese tipo de reforzamiento contribuye al tratamiento del bebé, es un amor y vínculo único, algo que ni yo como médica, ni el personal de salud le podemos dar”, explica la neonatóloga Fairuz Fadlallah.
El programa ayuda a los padres a fortalecer su vínculo emocional con el bebé, aumentar su confianza en el cuidado de niños y niñas y reducir la sensación de separación a través del contacto piel a piel.
Para madres y padres del Método Familia Canguro, lo fundamental es estar cerca de sus bebés, conocerlos y garantizar su seguridad y protección. Alrededor de 1.200 niños serán beneficiados gracias a la donación de las fajas Canguro.
Emoción en cada latido
La Unidad de Cuidados Intensivos está dividida en varias secciones, dependiendo de la gravedad de los pacientes. “En promedio atendemos no más de 130 bebés al día, pero últimamente estamos atendiendo más de 140 pacientes”, precisa la doctora Fadlallah.
El Hospital del Niño de Panamá ha implementado cambios significativos en su unidad de cuidados neonatales como parte del Programa Canguro. Estos cambios incluyen un horario extendido de servicio, sillas ergonómicas para el contacto piel a piel, cobertores para reducir la luz y el ruido en las incubadoras, acondicionamiento de nidos para la comodidad de los neonatos y, por supuesto, la orientación para los cuidadores, lo que contribuye a una recuperación exitosa de los bebés prematuros.
Aithany Atencio de 20 años, tiene a su hija Seinette en la Sala de Cuidados Intensivos, en el pasillo de “cuidados intermedios”, ahí se acompañan todos los días. Seinette llegó a las 32 semanas y fue “amor a primera vista”. Mientras la sostiene en su faja, Aithany la puede ver creciendo y desarrollándose mientras la arropa y siente “como si ella todavía estuviera en mi barriga".
Compañía durante el proceso
Cuando Arantxa nació, sus pulmones no estaban completamente desarrollados y tenía bajo peso: “La operaron a los 20 días”. “Ahora Arantxa ya tiene 33 semanas y un día. Fue parto natural y pesó 3 libras”, manifiesta su mamá, Karen Vernaza, con mucho orgullo.
La licenciada Orellana es quien le presentó a ella, y a todas las familias, el Método Familia Canguro: “Se les explica qué es lo que tienen que hacer, cuánto tiempo tienen que estar aquí, todos los beneficios que tiene el uso de la faja, pero también se les hace conscientes del nivel de compromiso y de los obstáculos que pueden encontrarse en el camino”.
Una vez que hay consentimiento y las familias están bien informadas, el funcionario encargado determina el momento de estabilidad del paciente: “Aunque el bebé esté en cuidados intensivos, con catéter nasal o incluso en ventilación mecánica si está estable, puede iniciar el programa”, asegura la neonatóloga.
Para Karen la experiencia ha sido “única”: “Estoy feliz porque la he ayudado en el proceso de crecimiento, en aumentar de peso y sobre todo, conociéndola piel a piel. Gracias a Dios ya se ha recuperado bien, he visto la mejoría en ella desde la operación hasta el día de hoy”.
“Si él puede luchar, yo también puedo”
Jennyfer Simpson tuvo a Lian a las 32 semanas de gestación: “Aprender a usar la faja fue sencillo, y para mí, esta experiencia ha sido hermosa. Con el programa Método Familia Canguro, he fortalecido el vínculo con mi bebé y aprendido a conocerlo mejor. Lian ha progresado desde que comenzamos, y ahora puedo identificar sus necesidades y ayudarlo en su desarrollo”. La doctora ya la autorizó para que comience a entrenar a su bebé para amamantar.
Formar parte del Método Familia Canguro también les ha servido a ella y a su esposo a lidiar con el miedo y el estrés:
“Uno piensa que por tener un bebé prematuro hay oscuridad, siempre van a haber días buenos y malos, pero siempre está ese brillo que te da fuerzas. Si él puede luchar, yo también puedo”, reflexiona Jennifer.
El apoyo sicológico ha sido fundamental para darles a los familiares y a Jennifer el apoyo emocional que necesitan. “Realizamos sesiones educativas para otorgarles las herramientas que necesitan y a la vez también darles un espacio para que puedan expresar sus emociones y sentimientos, pues obviamente es una situación difícil para ellos, los niveles de estrés y ansiedad son altos y a veces no saben cómo manejarlos”, señala la Lic. Francia Quintero.
También tratan de formar grupos de apoyo entre los padres: “Los reunimos para que puedan contar sus experiencias y que sientan que no son los únicos que están pasando por esa situación”, agrega Quintero. Una vez que les dan de alta, se les sigue dando acompañamiento.
El trabajo en equipo es clave
En la unidad de cuidados intensivos es cada vez más común encontrar papás completamente involucrados y comprometidos en el Método Familia Canguro. Para el equipo del programa esto ha sido fundamental para que la carga no sólo recaiga en las madres. “A los papás les encanta y la mayoría están muy felices de hacerlo”.
Uno de estos papás es Javier Barrios de 20 años, orgulloso padre de Aitana y Ainoa. Él se siente “el papá más enamorado del universo”. Su hija Aitana se recupera en una incubadora y él confía poderla ingresar pronto al Método Familia Canguro como ya lo ha hecho con Ainoa, “sólo estamos esperando que la doctora nos de la autorización”.
Hoy por primera vez Javier va a llevar la faja Canguro con Ainoa. Él y su pareja viajan todos los días desde Chame a Ciudad de Panamá para ver a sus hijas. “Salimos de allá a las 5 de la mañana y estamos acá todo el día”.
Historias de amor, finales felices
Yoryelis Guruchaga, estudiante de Odontología en la Ciudad de Panamá y oriunda de Bocas del Toro rompió fuente con solo 32 semanas de embarazo. Entonces nació Carl: “Lloró como cualquier niño, pero se cansaba, le costaba respirar".
Ella considera que es gracias al Método Familia Canguro que su hijo se está recuperando: “si lo regreso a la incubadora se queda un poco inquieto, pero aquí conmigo está super relajado. Siento como si estuviera dentro de mí todavía. Yo hablo con él, le tarareo y él responde”.
Isaías Salas tiene 19 años. En el hospital local le anunciaron que su bebé, que tenía sólo 6 meses de gestación, no podría sobrevivir a un parto tan prematuro. Él no quiso aceptarlo y llevó a su pareja a otro hospital. Entonces Sol Milagro llegó al mundo, diminuta. Isaías la carga en la faja todos los días: “¡Está ganando peso!”, dice con energía y la mira con amor.
Este viaje a través del Método Familia Canguro hace evidente que el amor, el cuidado y la dedicación inquebrantable pueden transformar las vidas de niños y niñas y sus familias.
Con el apoyo de Huggies y otros aliados, UNICEF puede ayudar a cuidar de estos frágiles comienzos, garantizando que los bebés prematuros tengan la oportunidad de un futuro sano y esperanzador, donde los primeros pasos de cada bebé sean guiados por el calor del abrazo de sus padres.