Igualdad de oportunidades para reducir las diversas dimensiones de la pobreza
Joaquín Gonzalez Aleman, Asesor de Políticas Sociales de UNICEF en Latinoamérica, visitó Lima para participar en el Trigésimo quinto período de sesiones de la Comisión Económica para América Latina. En la siguiente entrevista nos comenta sobre la situación de la niñez latinoamericana. ¿Cuáles son los principales problemas que enfrenta la infancia latinoamericana? Considero que es la llamada pobreza multidimensional que se expresa en diversas privaciones y está relacionada con el ejercicio de derechos. Una persona no es pobre, solamente, porque no tiene dinero; también lo es porque no puede acceder a servicios de educación, salud, vivienda, saneamiento y protección. El 40% de personas pobres en la región tiene entre 0 y 17 años. Es decir son niños, niñas y adolescentes. Estamos hablando de un problema sumamente grave. En los últimos años países como Perú han tenido un crecimiento sostenido que les ha permitido reducir la pobreza monetaria. Hay quienes señalan que este crecimiento agudiza las inequidades. Definitivamente varios países de la región están creciendo y esa mejora se ve reflejada en la disminución de la pobreza monetaria. Pero esa pobreza se mide por el ingreso y gasto de las familias. Si miramos la pobreza multidimensional - que se refiere a las mejoras de la vivienda, acceso al agua y saneamiento a educación y salud de calidad - encontraremos que todavía hay un importante porcentaje de familias que no han logrado superarla. En noviembre se cumplen 25 años de la Convención sobre los Derechos del Niño. Cuánto están haciendo los Estados de la región para dar solución a esta pobreza multidimensional que afecta especialmente a la niñez? Desde UNICEF vemos que en la mayoría de Estados se viene realizando medición de la pobreza multidimensional. Esto permite visualizar la magnitud de las privaciones que sufren los niños, y sirve para orientar las políticas públicas y los programas sociales que se organizan de forma sistémica de acuerdo a ciclos de vida. Es importante tener en cuenta que estas políticas sociales necesitan de recursos económicos. Se requiere de una política tributaria justa, en la que se impongan más impuestos a los que más tienen y que distribuya mejor la riqueza. Pagar impuestos es parte de un pacto solidario con la sociedad. En general los presupuestos sociales de América Latina están creciendo. Pero hay algunos en los que el crecimiento es menor. Son países que tienen pendiente una reforma fiscal, porque el impuesto directo afecta más a las personas de menos ingresos. Latinoamérica es una región muy rica en recursos naturales. Los impuestos que las empresas pagan por la explotación de estos recursos constituyen importantes ingresos de dinero que los Estados deberían destinar, por ejemplo, a la protección social de sus ciudadanos y a crear capital humano. Esto tiene que ver con la calidad de la gobernanza local y la calidad de los recursos invertidos. Como sabemos, los recursos suelen llegar a las regiones productivas y depende del grado de descentralización de cada Estado que se distribuya la riqueza entre las regiones que son ricas en recursos naturales y las que no lo son. ¿Se han producido avances importantes en estos últimos 25 años? Sí, definitivamente se ha avanzado mucho. La región tiene avances significativos en la disminución de la mortalidad infantil, la mortalidad materna, en la cobertura escolar. En realidad hay una serie de indicadores que confirman que se ha mejorado muchísimo la situación de la infancia. Los problemas que seguimos teniendo son desigualdad, desnutrición infantil, violencia, discriminación de las poblaciones indígenas y afro descendientes y calidad educativa. Son problemas que frenan a las sociedades latinoamericanas. Hace unos días en la reunión de CEPAL veíamos que es primordial crecer para igualar e igualar para crecer. Una sociedad que crece, a un ritmo como el que viene creciendo Perú, requiere de una base social sólida sobre la que se asiente ese crecimiento. Esta base viene de la igualdad. Debemos recordar que la desigualdad genera descontento social. Lo hemos visto en distintos países de la región. Por ejemplo, en Brasil, a pesar de que las cifras económicas mostraban un auge, en la calle se han dado manifestaciones de gente muy descontenta por cómo funcionaban los servicios. Lo mismo sucedió en Chile ante la privatización de la educación. Son problemas que no podemos dejar de lado. ¿Cuál es la agenda post 2015 para la infancia latinoamericana? Para mí el objetivo número uno sería la reducción de la pobreza. Se puede eliminar la pobreza extrema en los países de la región con la riqueza que se está generando. Para hacerlo, reitero, se debe invertir en el capital humano. Es muy positivo que se esté prestando especial atención a la primera infancia porque es la etapa donde se logra el mayor desarrollo cognitivo, emocional y físico. Igualmente, creo que hay que seguir trabajando en salud, educación y nutrición. Debemos procurar que los servicios sean de mayor calidad. Por ejemplo, hay que enfocarnos en mejorar la calidad de la educación. No podemos sentirnos satisfechos solo porque se incrementó la matrícula escolar. Hay que dirigir nuestros esfuerzos a que el niño realmente aprenda y culmine oportuna y satisfactoriamente su educación. Finalmente, si hay recursos económicos y decisión política, ¿qué nos detiene? Es que necesitamos tener claro que todas las personas tenemos los mismos derechos y debemos tener iguales oportunidades. Deberíamos tener la certeza que si alguien estudia, no importa el color de su piel o de donde venga, tendrá una oportunidad de desarrollarse plenamente en nuestra sociedad. Tenemos que ser conscientes que hay un serio problema cultural que impide la movilidad social de las personas y la igualdad de oportunidades. Es un problema que no se resuelve con una ley o una política sino que requiere un cambio cultural que no se da de la noche a la mañana. Es necesario derrumbar prejuicios. La igualdad es el gran desafío.
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