Medición de la pobreza

Sin datos suficientes, es imposible resolver las desigualdades que enfrenta la niñez

André Cortés
Sin datos suficientes, es imposible resolver las desigualdades que enfrenta la niñez
UNICEF México / Giacomo Pirozzi
24 Octubre 2019

¿Alguna vez se han preguntado cómo lograr que todas las niñas, los niños y las y los adolescentes de México puedan tener las mismas oportunidades de bienestar y puedan alcanzar su máximo nivel de desarrollo? Es la pregunta que me hago todos los días y que guía mi trabajo. Mi nombre es André Cortés, soy oficial de Política Social en la oficina de UNICEF en México, y hoy voy a contarles algunos aspectos que desarrollo en mi labor para obtener respuestas a esta pregunta.

En el área de Política Social de UNICEF estamos convencidos que sí es posible generar los elementos necesarios para alcanzar el cambio deseado en la vida de niñas y niños. Promovemos que se generen mejores políticas sociales a través del trabajo conjunto con los gobiernos federal y locales en México, el sector privado, la sociedad civil y la academia, con quienes se busca mejorar las acciones públicas que garanticen una inversión suficiente y efectiva en niñas y niños, así como en la implementación de programas universales de protección social que brinden pisos mínimos de bienestar a la infancia, la adolescencia y sus familias.

Medición de la pobreza
UNICEF México / Giacomo Pirozzi

 

Es importante mencionarles que para poder contar con soluciones de política pública y mejoras institucionales que tengan impactos positivos en la infancia del país, uno de los pasos fundamentales es conocer a detalle cómo viven niñas, niños y adolescentes en México.

Sin conocer esta situación sería imposible resolver los problemas que enfrentan diariamente y proponer medidas integrales de protección social para reducir las desigualdades que enfrentan.

Parte de mi trabajo se enfoca en generar evidencia sobre los contextos socioeconómicos en los que se desenvuelven ellas y ellos:  cómo viven, en dónde, si tienen acceso a alimentos, si van a la escuela (y si no por qué razones no lo hacen), cómo se conforman sus familias, qué hacen sus madres y padres, entre otros. Esta evidencia sirve para construir estrategias de abogacía que modifiquen las decisiones de quienes están en frente de la formulación e implementación de políticas sociales en México.

Es un reto muy grande, para mí y para el equipo, porque implica en un primer momento, analizar información pública de calidad, confiable y con metodologías rigurosas para que al momento de presentar el diagnóstico de las condiciones de vida de niñas y niños se genere interés en los diferentes actores clave para que se logren cambios. También implica comprender que muchas veces las estadísticas, la información cruda, no tiene una amplia recepción porque se perciben como un elemento frío, sin vida. Bien dice el dicho que una imagen vale más que mil palabras y en este caso, una imagen vale más que mil datos.

André Cortés
UNICEF México / André Cortés
André Cortés (derecha), Oficial de Política Social en la oficina de UNICEF en México

El desafío para mi trabajo es poder contar una historia con la información que se presenta, generar empatía con los diagnósticos que se realizan y, al mismo tiempo, mantener un diálogo con las autoridades para que tengan en cuenta los datos que les compartimos y que las vulnerabilidades y desigualdades que enfrenta la infancia se aborden al momento de diseñar y poner en práctica las principales políticas sociales de México. Por fortuna para mí, cuento con un aliado ideal para enfrentar el desafío, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (más conocido como el CONEVAL).

Esta institución del gobierno federal se encarga de establecer los criterios para medir la pobreza en México y, además, evalúa los diferentes programas sociales que implementa la administración pública. El CONEVAL desarrolló una metodología que, para la medición de la pobreza, incluye no sólo los ingresos de las familias, sino unas categorías que ilustran el acceso efectivo (o el no acceso) a derechos sociales y económicos de la población; las carencias sociales.

Este tipo de medición, que se conoce como multidimensional, ha sido pionera y reconocida como una buena práctica en todo el mundo, hace que mi trabajo sea más fácil porque tiene credibilidad y aceptación entre los diferentes sectores del gobierno. Lo anterior es una gran ventaja al momento de abogar por cambios en las políticas sociales que afectan de manera directa a niñas, niños y adolescentes de nuestro país.

Como les contaba, una de mis tareas como oficial en UNICEF es exponer la situación de niñas y niños, y qué mejor forma que mostrarles a todos los actores con injerencia en la vida de ellas y ellos, y a ustedes, los factores que impiden que tengan un bienestar adecuado. Así, mi trabajo con el CONEVAL, es visibilizar las condiciones de pobreza que enfrentan niñas y niños del país, haciendo énfasis en las situaciones específicas que afectan a la infancia y la adolescencia de México, y en cómo estos factores pueden cambiarse a través de políticas sociales coordinadas y, que busquen la atención universal de la población.

 

 

No sé si sepan, pero en 2018 en México, la mitad de niñas, niños y adolescentes vivían en condiciones de pobreza; esto quiere decir que 5 de cada 10 menores de 18 años viven en condiciones donde sus familias no tienen los ingresos necesarios para tener una adecuada alimentación, para acceder a bienes de consumo mínimo, no han alcanzado niveles de educación necesarios para tener una mejor calidad de vida, no cuentan con acceso a servicios de salud de calidad, o habitan en viviendas que distan de los estándares en los que una niña o un niño pueden desarrollarse de acuerdo a su potencial.

la mitad de niñas, niños y adolescentes vivían en condiciones de pobreza
UNICEF México / Giacomo Pirozzi

En un reciente documento que elaboramos con CONEVAL también resaltamos que niñas, niños y adolescentes viven la pobreza de forma diferente al resto de la población; al analizar los datos encontramos que la población infantil y adolescente es 7 puntos porcentuales más pobre que los demás ciudadanos mexicanos. Niñas y niños que pertenecen a una familia rural y que se reconoce como indígena puede enfrentar niveles de pobreza dos veces mayores a los de una familia urbana y no indígena.

Con esta información coordiné una reunión con diferentes representantes de la administración pública federal, en la que CONEVAL y UNICEF presentamos el documento para que los sectores del gobierno tengan en cuenta el diagnóstico que se expone en sus planes sectoriales y en otros programas o políticas que tengan impacto en la vida de niñas, niños y adolescentes de México.

Entiendo que aún después de decirles todo esto siga siendo difícil comprender a cabalidad las barreras que enfrentan la infancia y la adolescencia en México. Podría decirles que cerraran los ojos y que imaginaran a determinada niña o a un niño viviendo en una situación precaria; pero eso no les aclararía más la situación. Creo que es todo lo contrario, que tenemos que abrir bien los ojos y ver las desigualdades que enfrentan nuestras niñas y niños, y las y los adolescentes que habitan México. Este es el mensaje que busco llevar a las autoridades, que se tomen el tiempo de conocer, y reconocer, las problemáticas que enfrentan las familias mexicanas, en especial aquellas con niñas y niños, y que ajusten las políticas sociales para que las soluciones planteadas apunten efectivamente a las carencias que existen.

Los problemas que afronta la infancia y la adolescencia mexicana no suceden en un sueño, no son historias que pasan mientras cerramos los ojos, son realidades que se suscitan a cada minuto en nuestras calles, en nuestros pueblos y en nuestro país. Creo firmemente que los niños, niñas y adolescentes que viven en pobreza siempre deben estar al centro de las políticas sociales del país. Para esto seguiré trabajando por visibilizar el día a día de ellas y ellos, colaborando con el gobierno federal para que conozca las problemáticas y se puedan dar soluciones integrales a éstas.