Día Internacional de la Niña

Las niñas y las adolescentes empoderadas pueden hacer del mundo un lugar mejor.

Paola Gómez
Día Internacional de la Niña
UNICEF México / Paola Gómez
11 Octubre 2019

Hoy es Día Internacional de la Niña, una fecha para recordar la importancia de no sólo escuchar a las niñas y las adolescentes sino de tomar en cuenta sus ideas y sus opiniones.

Soy Paola Gómez, trabajo en UNICEF México desde hace más de 5 años, soy Oficial de Educación responsable de los temas de adolescentes y participación. Aunque siempre he trabajado en desarrollo y derechos humanos, cuando llegué a UNICEF fue la primera vez que trabajaba tan de cerca el derecho a la participación de niñas, niños y adolescentes. Me tocó aprender de la mano de personas expertas a nivel internacional y de socios que han trabajado por muchos años este tema en el país.

El derecho a la participación es uno de los cuatro principios rectores de la Convención de los Derechos del Niño; lo cual quiere decir que para que los derechos se cumplan (a la educación, a la salud, a la alimentación, etc.) siembre debemos escuchar a las niñas y los niños. ¿Cómo saber qué mejorar si no les preguntamos si conocen sus derechos y como los viven? Entiendo, de mi propia experiencia, que el tema de participación de niños y niñas puede parecer “nuevo” para los adultos y que hay prejuicios o estereotipos como que “niñas y niños no tienen la capacidad de poder opinar sobre ciertos temas”.

Ese año pude acompañar a dos niñas indígenas de Oaxaca, Tania y Oliva al Seminario de Empoderamiento de Niñas en Brasilia. Las dos ya habían participado en foros con UNICEF México.
UNICEF México / Paola Gómez

En el año 2014, cuando entré, UNICEF trabajaba el tema de participación como una acción afirmativa, es decir, se buscaba dar voz y escuchar a las niñas y las adolescentes indígenas, que tenían indicadores bajos en salud, nutrición, logros educativos y altos en violencia, embarazos y abandono escolar. UNICEF organizaba foros donde ellas pudieran expresar sus ideas y que las autoridades educativas y sus padres y madres, pudieran mejorar las condiciones que ellas vivían en sus escuelas, sus hogares y comunidades.

Ese año pude acompañar a dos niñas indígenas de Oaxaca, Tania y Oliva al Seminario de Empoderamiento de Niñas en Brasilia. Las dos ya habían participado en foros con UNICEF México.

¡Me quede impactada! Fue para mí una revelación ver a las niñas y adolescentes urbanas e indígenas del Amazonas, de la comunidad Afro en las Quilombolas y de la comunidad LGBTTI de Brasil y de otros países desenvolverse como peces en el agua. Hablaban en el Congreso y con autoridades internacionales de cómo habían impulsado una agenda propia y habían trabajado y conseguido espacios de participación efectiva para ellas, mejores oportunidades educativas, de salud de reconocimiento de sus culturas.

¡No podía creerlo! Esas niñas habían transformado sus escuelas, sus municipios y comunidades. Eran empoderadas, brillantes, frescas, con agendas puntuales y una claridad en sus propuestas y acciones que no había visto nunca, ellas fueron la fuente de inspiración.

Después de Brasil, continué mi trabajo apoyando el derecho de las niñas y las adolescentes a participar en los temas que les interesan y los problemas que las afectan. En el marco de los foros, las niñas y adolescentes en México, las niñas y adolescentes pidieron tener espacios de formación y empoderamiento permanente. Y gracias al apoyo de instituciones como INMUJERES de la Ciudad de México, que dio seguimiento puntual a las peticiones de los foros, se logró establecer la primera Escuela de Fortalecimiento de Liderazgos Adolescentes. La Escuela de Liderazgos es un espacio donde las niñas y adolescentes conocen sus derechos, la forma de exigirlos, las autoridades responsables de garantizarlos y además adquieren habilidades y herramientas para poder ser avanzar sus agendas y canalizar en sus peticiones.

El trabajo de participación de niñas y adolescentes en un país como México es clave por los altos índices de violencia de género, feminicidio, embarazos adolescentes; tristemente, muchas veces sus voces se pierden frente los adultos o de sus pares varones. Su participación es importante pues sólo ellas conocen las formas en la que experimentan acoso y violencia, si les falta información sobre algún tema (como prevenir un embarazo), las limitantes para ocupar espacios públicos (como el patio de la escuela porque los niños tienen siempre la potestad de jugar futbol) y los peligros que existen en todos los ámbitos donde se desarrollan: la familia, el transporte público, la comunidad, la escuela e incluso en las redes sociales.

Escuela de Liderazgo
UNICEF México / Paola Gómez
Escuela de Liderazgos
UNICEF México / Paola Gómez

Las niñas y las adolescentes que han sido parte de la Escuela de Liderazgos en sus dos ediciones en México y una en Chihuahua, me han enseñado más de lo que nosotros buscábamos darles. Son las más comprometidas en mejorar como personas y en cambiar positivamente sus entornos inmediatos. Han desarrollado una gran capacidad de cuestionar y de proponer soluciones pertinentes y sostenibles desde ellas y para ellas. Son guerreras que se han sentado a la mesa a debatir (e incluso a capacitar) a funcionarios/as de gobierno de todos los niveles. Algunas, han seguido este proceso sobreponiéndose a situaciones de abuso, de depresión, de carencias económicas. A todas y cada una de ellas mi admiración por seguirse preparando y por luchar por sus derechos y por sus convicciones.

Todas han logrado impactar a sus familias, sus padres, madres y hermanos; sus familias han dado testimonio de su regreso a la escuela, de mejora en su autoestima, conocimientos en temas que los papás y las mamás no saben cómo abordar. Sus familias nos han compartido con satisfacción que las adolescentes han logrado enfocar y dar pasos para llevar a cabo su plan de vida

 

En la Escuela de Liderazgos, ellas han aprendido conceptos y herramientas en torno a perspectiva de género y profundizar su conocimiento del marco de derechos de niñas, niños y adolescentes en temas como educación, derechos sexuales y reproductivos, participación, no-discriminación y empoderamiento.

Pero nos han enseñado que las niñas y adolescentes pueden lograr lo que quieran, que tienen luz propia y que saben cómo brillar y hacer brillar a sus compañeras.

Actualmente buscamos replicar esta experiencia a nivel nacional y que haya Escuelas de Fortalecimiento de Liderazgos Adolescentes, donde se pueda además integrar a los niños y los adolescentes. Empoderar sólo a las niñas las deja en una posición de desventaja si sus realidades, si sus pares, no cambian.

la Escuela de Liderazgos ganó la medalla Omecíhuatl por su labor en la educación de las niñas y las adolescentes
UNICEF México / Paola Gómez
En 2018, la Escuela de Liderazgos ganó la medalla Omecíhuatl por su labor en la educación de las niñas y las adolescentes

Para mí ha sido un privilegio poder trabajar y ayudar a plantar esta semilla en ellas en estos años de trabajo, en verlas crecer y convertirse en lideresas, en guía para otras niñas y adolescentes. Cuando me hablan o leo sobre Greta Thunberg en su lucha por mitigar los efectos del Cambio Climático y de Malala Yousafzai que busca sensibilizar sobre el derecho a la educación de las niñas… yo pienso en las egresadas de la Escuela de Liderazgos. Son testimonio vivo de que las niñas y adolescentes empoderadas y con voz pueden mover al mundo para hacerlo un lugar mejor.

Si lo pensamos bien, tiene sentido escuchar a niñas y niños sobre cómo es que viven su día a día, no hay nadie mejor a quien preguntarle sobre cómo es la calidad de la educación, como mejorar su salud y nutrición, los riesgos que enfrentan y cómo creen que se puedan mejorar.