Primera infancia
UNICEF trabaja para que cada niño y niña cuente con mejores comienzos de vida, por ello se requiere de políticas integrales de primera infancia que garanticen cobertura y calidad en los servicios de educación, cuidado, salud, nutrición y protección.
Desafío
Los 5,2 millones de niñas y niños de 0 a 6 años que viven en la Argentina afrontan numerosas dificultades para alcanzar su desarrollo integral.
Con respecto a la atención perinatal se observa un aumento de la razón de mortalidad materna nacional a 4,1 por cada 10.000 nacidos vivos en 2020 (260 muertes), en comparación con 3,0 en 2019. Los índices de mortalidad materna por provincia muestran grandes disparidades, evidenciando que el riesgo que corre una persona gestante es mayor dependiendo de su lugar de residencia, producto de las inequidades en el acceso a servicios de salud, la disponibilidad de recursos humanos y físicos adecuados y la calidad de la atención.
La tasa de lactancia materna exclusiva en niños de hasta 6 meses ha disminuido del 54% al 43,7% en los últimos dos años. Existe una triple carga de malnutrición, dada por la coexistencia de obesidad, baja talla y déficit de micronutrientes. Las cifras de exceso de peso en menores de 5 años (13,6%) son las más más altas de la región. A pesar de que la cobertura de los controles médicos y la vacunación es elevada —94,9% y 80%, respectivamente—, existen importantes disparidades en todo el país.
Además se observa una disminución de los controles de salud, acrecentada esta situación por el contexto de pandemia. La última encuesta MICS realizada por UNICEF en Argentina entre 2019-2020 muestra que el 7,5% de las niñas y niños menores de 5 años y el 18,5% de las niñas, niños y adolescentes entre 5-17 años, no asisten a controles de salud. Sumado a esto, en el total del país, un 40% de los niños y las niñas menores de 5 años no realiza los controles adecuados entendidos como 10 controles anuales en menores de 1 año, 4 controles anuales en el segundo año, 2 controles anuales en niños de 3 y 4 años.
Actualmente, el 81% de los niños de 0 a 3 años no acceden a servicios de cuidado y educación y los datos obtenidos por las Encuestas MICS muestran que esta cobertura no se ha modificado significativamente entre 2012 y 2020. Además, se observan fuertes disparidades regionales y por nivel socioeconómico. Por su parte, con foco en los servicios educativos en las edades obligatorias, es decir, 4 y 5 años, se observa que el 19% de los niños y niñas no están escolarizados. A estas brechas de cobertura se suman desafíos referidos a la generación de estándares compartidos que permitan asegurar prestaciones de calidad en todos los servicios de primera infancia. Además, solo un 50% de los trabajadores (aquellos en relación de dependencia formal) tienen derecho a la licencia de maternidad o paternidad, en un esquema fragmentado y heterogéneo que no contempla todas las necesidades de cuidado ni considera las distintas conformaciones familiares y refuerza roles de género en torno a la crianza.
De acuerdo con los últimos datos disponibles, el 59.6% de las chicas y chicos experimentó métodos de crianza violenta como agresiones verbales y castigo físico (MICS, 2020). Esta situación puede ser explicada, en parte, por la permanencia de normas sociales que reproducen las situaciones de desigualdad al interior de las familias y justifican la violencia. Estas normas sociales y estereotipos de género forman parte del proceso de socialización de las personas y comienza en la primera infancia a través de las madres, padres y principales cuidadores.
Solución
Garantizar que los niños de 0 a 6 años, en especial los que viven en condiciones más vulnerables, cuenten con prácticas y políticas integrales que les permitan ejercer plenamente sus derechos.
Por eso, trabajaremos para:
- Diseñar, implementar y monitorear políticas integrales de desarrollo en la primera infancia, tanto a nivel nacional como provincial y municipal, que cuenten con financiamiento adecuado y con sistemas integrados de información, seguimiento y evaluación;
- Ofrecer servicios para la primera infancia inclusivos, suficientes, articulados, equitativos y de calidad;
- Mejorar la nutrición de niñas y niños de 0 a 6 años, a partir del trabajo en los entornos en los que viven y se desarrollan;
- Fortalecer las capacidades, habilidades y recursos de las familias para la crianza de los niños con un enfoque basado en los derechos, la no violencia, la igualdad de género y la equidad.
Desarrollaremos estrategias y actividades orientadas a:
- Fortalecer las políticas públicas integrales sobre la primera infancia;
- Mejorar la cobertura y la calidad de los servicios de cuidado, educación, salud y protección de derechos;
- Promover la formulación y adopción de políticas y marcos normativos alimentarios que protejan la nutrición en la primera infancia; generando evidencia para la toma de decisiones gubernamentales;
- Promover prácticas de crianza respetuosas, sensibles y saludables de padres, madres y cuidadores, como así también la comunidad local. Fomentar la participación de los varones en la crianza y la distribución equitativa entre los géneros de las responsabilidades de cuidado, incluyendo la generación de marcos normativos que promuevan la corresponsabilidad en estas tareas;
- Desarrollar y aplicar diversos instrumentos de medición del desarrollo, de relevamiento de la calidad de las interacciones educativas, y la formación permanente del personal de cuidado y educación.