En el camino hacia la protección integral de la niñez migrante

Tratando con respeto a los niños migrantes, es posible generar confianza y provocar un efecto positivo en ellos

Karla Gallo
Caminando a la protección integral de la niñez migrante.
UNICEF / Tanya Bindra
21 Agosto 2019

Alguna vez trabajando con migrantes, encontré a un niño que no quería hablar y con quien nadie podía comunicarse: estaba en un rincón, no veía a nadie a los ojos.

Para acercarme a él, busqué hojas y crayolas y comencé a dibujar. Funcionó. Logré que se interesara y empecé a narrar mi historia con imágenes: “soy Karla Gallo, aunque vivo en Ciudad de México, soy de Guadalajara y toda mi familia se quedó allá, y trabajo en UNICEF”.

Tras conocer mi historia, él me contó la suya: me dijo su nombre, que su abuela se había muerto y que se sentía muy solo, que había sido víctima del crimen organizado y que tenía miedo, que se había caído del autobús en el que viajaba y se había lastimado. Todo eso me contó mientras hacía un dibujo.

Karla Gallo, oficial de Protección y Migración de UNICEF México
UNICEF
Karla Gallo, oficial de Protección y Migración de UNICEF México en el Parque de la Amistad, en la frontera entre Tijuana y San Diego.

"Hablar con niñas, niños y adolescentes que migran solos es un reto. Cuando en el mejor de los casos contestan, lo más probable es que respondan lo que creen que el adulto con quien hablan quiere escuchar, pero también pueden cerrarse y no contestar, enojarse mucho porque no saben cómo expresarse o entrar en una crisis. Pero el hecho es que, para protegerlos, necesitamos acercarnos a ellos y encontrar la mejor solución para cada caso."

Es por eso que en UNICEF México ayudamos a diseñar el Protocolo para la atención consular de niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados.

La protección de las y los mexicanos que están en Estados Unidos está a cargo de Oficiales de Protección Consular (conocidos usualmente como Cónsules de Protección), que forman parte del Servicio Exterior Mexicano (SEM) de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). Desde 2014 y hasta junio de 2019, 65 mil 619 niñas, niños y adolescentes originarios de México fueron repatriados desde Estados Unidos; a ellos se suman los miles cruzan la frontera y no son detectados por las autoridades migratorias. Los que son detenidos por tierra por la Patrulla Fronteriza son llevados a centros de detención, y si ahí no hay una intervención consular adecuada, son siempre repatriados inmediatamente. Cuando sí hay un Cónsul especializado ocurre una entrevista apropiada, que a veces no pasa de 10 minutos, y es la única ventana de oportunidad para detectar si  los niños mexicanos están en Estados Unidos porque los persigue el crimen organizado, porque vienen huyendo de una situación de violencia o bien porque toda su familia ya está allá y en México no les queda nadie.

Antes de que existiera el Protocolo, por lo general los oficiales consulares hacían las preguntas tal como se hace a un adulto, pero como se obtenían pocas respuestas, se perdía la posibilidad de identificar necesidades de protección especial. Fue por eso que la SRE y UNICEF comenzamos a trabajar en un Protocolo para obtener mejor información usando herramientas tales como las técnicas de entrevista de “primer contacto” para hacer una evaluación inicial, que permita determinar los mejores pasos para proteger al niño y ver si se requieren otras vías de protección, más allá de su repatriación a México.

En el Protocolo se indica que no debe hacerse un interrogatorio, sino seguir una metodología que ayude a obtener información para detectar medidas de protección urgentes y que no haya revictimización del niño para evitar más sufrimiento. El primer paso al acercarse es presentarse y romper el hielo para generar confianza;  dejar en claro que el adulto está para proteger y ayudar. Después, es necesario tener una conversación libre que reduzca la ansiedad del niño y permita obtener más información para poder protegerlo. Siempre hay que llamarlo por su nombre o como le gusta que le digan. Hay que tener en cuenta que una entrevista mal realizada puede hacer daño, pero una bien hecha ayuda a reafirmar la identidad del niño o niña, que tenga menos  miedo, se sienta valorado y aumentar su autoestima.

Niñas migrantes
UNICEF / Tanya Bindra

Una de las estrategias, como la que yo usé, puede ser dibujando. Pero no es la única. Cada consulado cuenta con una caja de herramientas, que ejemplifica cómo son los pasos a seguir. En ella se recuerda que es importante establecer un diálogo narrativo sin interrogar y que puede hacerse con actividades lúdicas, dependiendo de la edad del niño, para saber si hay una violación a derechos.

Protocolo para la atención consular de niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados
UNICEF / Tanya Bindra

 

Para finalizar la entrevista, también hay técnicas de cierre, que les permitan a las y los niños no quedar con sensación de amargura o dolor.

Una vez que se tuvo listo el Protocolo, UNICEF capacitó a 200 funcionarios de la SRE, pero nos percatamos que esto no era sostenible, así que decidimos conjuntamente formar un grupo de funcionarios dentro de la Secretaría, para que ellos sean quienes capaciten. Luego se creó una alianza con el Instituto Matías Romero (la academia diplomática mexicana; IMR) para que el curso se sistematizara y se hiciera un curso en línea mucho más amplio que el Protocolo, que incluye todos los derechos de la infancia y es accesible a toda la red consular mexicana. Así surgió el curso Protección de derechos de niñas, niños y adolescentes migrantes desde la labor consular y diplomática.

Esto suena fácil, pero lo cierto es que es un proyecto en curso desde 2014 y que ahora en 2019 se trata ya de un modelo institucionalizado y en funcionamiento en la SRE. Esta Secretaría decidió adaptar este curso para la Policía Federal, para que también los agentes federales sepan en qué consiste la protección de derechos de niñas y niños, así como la protección consular.

Cuando, amablemente, Sandra Mendoza, mi contraparte de gobierno, compartió conmigo los resultados tanto de los miembros del SEM como de la Policía Federal, me emocioné mucho. En los trabajos finales de quienes toman los cursos se tiene que hacer un póster para sintetizar lo aprendido y para mí, ver los resultados de análisis y de cómo pervive el trabajo que UNICEF y la SRE han hecho, significa mucho.

Además, este mismo curso ya está siendo compartido por el IMR con países de Centroamérica, para que ellos conozcan el modelo y lo puedan aplicar.

Aquí les comparto dos de los trabajos entregados, uno del curso con Policía Federal y el otro del Servicio Exterior Mexicano.

Cartel- Policía Federal
Javier Pedroza
Cartel- SEM
Luciana Carranza

Además del Protocolo, en la protección a las y los niños en situación estamos entrando a una nueva etapa, más fuerte. Hace poco, el Secretario de Relaciones Exteriores presentó el Modelo de cuidados alternativos para niñas, niños y adolescentes migrantes, solicitantes de asilo y refugiados en México: guía para su implementación, diseñado conjuntamente por el Sistema Nacional DIF y UNICEF. La implementación de este Modelo puede llegar a ser un paso adelante de la política migratoria mexicana, porque como señaló el canciller Marcelo Ebrard, se convierte en una brújula de navegación en un proceso que es complejo y difícil, pero que es necesario enfrentar para garantizar los derechos de las y los niños.   

En la vida, siempre hay cosas que no nos gustan, pero también hay lecciones que aprender, cosas que se disfrutan, cosas que se quedan. Al implementar el Protocolo, aunque haya muy poco tiempo para hablar con la niña, el niño o adolescente, se puede apoyar con mensajes de rescate emocional. Decirles: “después de esto que hemos platicado, me parece que eres una persona que sabe lo que quiere” o “eres una persona valiente, porque has pasado por muchas cosas y has llegado hasta aquí”, “dibujas muy bien” o “eres importante, eres valioso”.

En aquella ocasión, cuando encontré a ese niño solitario y que no quería hablar, al final de nuestra conversación le dije que él era una persona valiente y a forma de cierre le pregunté, “¿qué es lo que más te ha gustado, lo mejor de este viaje?”. Y me dijo: “conocerte”.  Tratando con respeto a los niños, llamándoles por su nombre, presentándote y escuchándolos es posible generar confianza, provocar un efecto positivo en ellos, y que de esa forma logren “pedir ayuda”.

 

Karla Gallo, Oficial de Protección y Migración de UNICEF México.